• Interésate por los problemas o asuntos que tus pacientes quieran comunicarte.
• Cuida que tu expresión facial siempre ofrezca una sonrisa natural.
• Recuerda el nombre de tu paciente y pronúncialo cada vez que te dirijas a él o ella.
• Sé un médico o enfermera que sepa escuchar con respeto, sin interrumpir a tu paciente.
• Para romper el hielo, habla un poco de lo que le interesa a tu paciente (sabrás de que hablar si lo has tratado previamente).
• No pierdas el tacto humano, pues muchas empresas de salud suelen olvidar la relación personalizada o empática y optan por la atención automatizada o protocolaria. En cambio, la atención humana o empática, suele ser una de las ventajas competitivas que tu consultorio puede consolidar.
• Establece una mejor comunicación con tus pacientes con ayuda de la tecnología. Las páginas web, redes sociales y los emails son herramientas de bajo costo para presentar novedades, promociones o enviar mensajes personalizados a tus pacientes.
• Un buen médico sabe que la confianza es la clave para edificar una relación a largo plazo, por lo que es muy importante respetar la confidencialidad de las personas que entran al consultorio.
• En toda consulta médica el paciente tendrá preguntas, por lo que es de vital importancia que les brindes respuestas concretas y directas a todas sus interrogantes.
• Cuando te equivoques, admítelo con humildad.