Farmacovigilancia y seguridad del paciente, dos programas que buscan reciprocidad para evitar eventos adversos que puedan poner en riesgo su vida.

La Secretaría de Salud de Boyacá conmemora este 17 de septiembre el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, con el lema ´Cuidados seguros para la madre y el recién nacido´, considerando el hecho de que cada día mueren aproximadamente 810 mujeres por causas prevenibles vinculadas al embarazo y el parto, y que diariamente mueren unos 6.700 recién nacidos, representando el 47% de todas las muertes en menores de cinco años.

Según la referente de la Oficina de Control de Medicamentos de la Secretaría de Salud, Liliana Marcela Dorado González, la prestación de servicios de salud debe contar con estrategias enfocadas a identificar los riesgos que se pueden presentar durante la atención a los pacientes, con el fin de gestionarlos y minimizarlos.

La Organización Mundial de la Salud asegura que la mayoría de las muertes prenatales, maternas y neonatales pueden evitarse con cuidados seguros y de calidad por parte de profesionales de la salud especializados que trabajan en entornos propicios. Ello solo puede lograrse mediante la colaboración de todas las partes interesadas, y la adopción de sistemas de salud integrales y enfoques arraigados en la comunidad.

Es por ello que la farmacovigilancia nace a partir de sucesos catastróficos que tuvieron que ver con reacciones adversas a medicamento y la seguridad del paciente nace respondiendo a un fenómeno creciente de eventos adversos generados de la atención a los pacientes; cabe mencionar que la Farmacovigilancia también contempla los errores en la medicación como una de las principales causas de lesiones y daños evitables en los sistemas de atención sanitaria.

Es así como se identifica una complementariedad entre los dos programas en cuanto al contexto de aplicación, que es el medio sanitario, la detección y prevención del riesgo. En la prestación de servicios de salud se ve la necesidad de articular la farmacovigilancia con la seguridad del paciente, exigiendo complemento y reciprocidad en estos dos temas, que por un lado se busca hacer vigilancia en el comportamiento de los medicamentos, y por el otro reconocer los errores en la medicación en procesos de prescripción, dispensación y administración.

“Los eventos adversos ocurren cuando no se cumplen los protocolos establecidos, el reporte de un evento adverso lo único que debe generar es el análisis de causa raíz y con ello el aprendizaje, es así como el sistema de notificación interno debe crecer para fomentar la cultura de aprendizaje y de esta forma reforzar la seguridad”, indicó la ingeniera Liliana.

Agregó que lo más importante es evitar errores que se pueden generar a partir del proceso de atención y esto se puede llevar a cabo identificando y gestionando los riesgos de forma oportuna, la seguridad del paciente es considerada un problema de gran importancia en la atención, por tal razón, se invita a implantar una cultura de seguridad, lo cual lleva a un cambio de hábitos en todos los procesos.

Finalmente, la referente invitó a las instituciones y a los equipos de salud a efectuar mejoras en la calidad de la atención, que muestren impacto con resultados tangibles y medibles, a educar a los pacientes y sus familias en el conocimiento y abordaje de los factores que pueden potencialmente incidir en mejorar la seguridad de los procesos de atención, de que son sujetos, creando una cultura de seguridad del paciente en todo el personal que trabaje en la institución, facilitando la implementación de la política y de las prácticas de seguridad del paciente, mediante un proceso continuo y participativo, que involucre tanto a la alta dirección como a la totalidad del talento humano.