La neumonía es una enfermedad infecciosa que cada año mata a más de 800.000 niños menores de 5 años en el mundo, de los cuales 153.000 son recién nacidos ya que este grupo es especialmente vulnerable a la infección.
Lo anterior quiere decir que cada 39 segundos un niño muere (en el mundo) a causa de la neumonía. Cabe señalar, que casi todas esas muertes son prevenibles.
Causas de la neumonía
Son varios los factores que inciden en el desarrollo de la neumonía ya que esta puede desarrollarse por la presencia de bacterias virus u hongos en el aire, los sistemas inmunológicos inmaduros son más susceptibles al contagio, por ejemplo, los recién nacidos, las personas con desnutrición, o portadores de virus del VIH.
Esta enfermedad hace que los pulmones se llenen de fluidos, lo que dificulta la respiración, así mismo, hay presencia de tos y fiebre. Se debe prestar especial atención si los menores presentan respiración acelerada o retracción de la parte baja del pecho al respirar.
Es preciso decir, que al ser una enfermedad infecciosa esta es a su vez contagiosa, y pude trasmitirse por partículas expulsadas al toser o estornudar, aunque los menores pueden contagiarse con otros fluidos como la sangre en parte por el contacto con superficies contaminadas.
Diagnóstico y tratamiento de la neumonía en niños
El diagnostico de neumonía se realiza analizando los patrones respiratorios del niño y auscultando los pulmones del menor, sin embargo, también se puede diagnosticar la neumonía con rayos X o análisis de sangre.
No obstante, existen países en donde los médicos no tienen acceso a las herramientas de rayos X o laboratorios, por tanto, se opta por contar el número de veces que el niño respira por minuto. Por ejemplo, si un niño de cinco meses respira 50 veces por minuto, se consideraría que respira demasiado rápido y que podría tener neumonía.
Sin embargo, este método debe realizarlo un profesional, ya que se debe tener presente la edad del menor, porque los niños más pequeños suelen respirar más rápido que los niños mayores.
La neumonía puede ser tratada con antibióticos de bajo costo, sin embargo, algunos grados de neumonía más avanzados requieren otro tipo de tratamientos.
Prevención de la enfermedad
Si bien existe una vacuna para prevenirla, la neumonía puede evitarse con la adopción de medidas de protección como una nutrición adecuada, la reducción de contaminación en el aire y la adopción de hábitos de higiene como el constante lavado de manos. De hecho, varios estudios demuestran que lavarse correctamente las manos disminuye en un 50% el riesgo de contraer neumonía.
Así mismo, los niños recién nacidos, pueden prevenir la enfermedad si desde el momento de su nacimiento son alimentados con leche materna, ya que esta dieta fortalece su sistema inmunológico.