Para dejar sin rastros de coronavirus o cualquier otro virus se necesita ser valiente. También haber pasado por un curso especializado en técnicas de limpieza y desinfección además de la revisión constante del ingeniero Cristhian de medio ambiente. No se trata de estregar un trapo de cualquier forma, o el trapeador, o rociar alcohol. De ninguna manera. Las aseadoras de la E.S.E Santiago de Tunja , donde se atienden todo tipo de pacientes, se requiere de técnicas y mucha inteligencia.
Ellas son las que convierten todo el Hospital y los puesto de salud en ‘áreas limpias’, En silencio asean pisos, baños, ascensores y pasamanos .
Doña María por ejemplo usa varias técnicas de limpieza. Una de ellas es llamada ‘arrastre’. Consiste en limpiar las superficies siempre de arriba hacia abajo, o de izquierda a derecha, en un solo sentido, “evitando el paso del paño varias veces por el mismo sitio”, con lo que se evita ensuciar el área ya desinfectada.
Norela usa la técnica del ‘ocho’. Se utiliza para trapear el piso formando el número 8, asegurándose de que toda la superficie quede trapeada. O el zigzag, que se emplea para limpiar los equipos biomédicos.
Ligiecita menciona que como regla de oro en nuestro oficio es asear desde lo más limpio hasta lo más contaminado. Así evitamos la proliferación de microorganismos a las zonas desinfectadas.
Limpiar el polvo también requiere de todo un manual: remoción de partes bajas (bases de escritorios, de camas, patas de sillas), remoción de partes altas (ventanas, paredes, techos), remoción horizontal o vertical, lo que incluye limpieza de mesas, escritorios, mesones, “con movimientos paralelos y continuos”, algo que sabe muy bien Nelci .
Además de tener cuidado en el aseo también consienten a los médicos con un tinto de greca o una agüita de hierbas como lo hace Himeldita.
Sin la labor de las aseadoras sería imposible que los médicos atendieran a los pacientes de la ESE Santiago de Tunja, son muchas las que trabajan en la entidad y todas son especiales y muy responsables . Con su trabajo protegen a los pacientes, a sus acompañantes, a los especialistas, a los administrativos. Sin ellas no podríamos trabajar, por eso las respetamos y las tratamos con respeto, pues de ellas dependemos todos.