En el marco de la Semana del Bienestar en las Américas, que se celebra desde 2011 proclamado por la Organización Panamericana de la Salud, se busca impulsar un cambio en las comunidades de los países americanos miembros de las Naciones Unidas para que la población mejore su salud de forma integral.
En esta oportunidad el Ministerio de Salud y Protección Social emite las siguientes recomendaciones
para mejorar la nutrición de los niños menores de 2 años.
En primer lugar, afirma Elisa María Cadena, subdirectora de Salud Nutricional, Alimentos y Bebidas, la mejor alimentación de los niños desde el nacimiento hasta los 6 meses es la leche materna de forma exclusiva.
«Es la más óptima elección para proteger y nutrir a los bebés y, además de resguardarlos de las infecciones, asegura la salud durante la vida de los niños», afirmó Cadena.
Resalta que aún en caso de que la madre presente síntomas respiratorios o sea positiva para covid-19, se debe continuar amamantando al bebé o brindando leche materna al bebé, manteniendo las siguientes medidas de protección:
• Utilizar tapabocas o mascarilla siempre que se tenga contacto con el bebé.
• Lavar las manos antes y después de amamantar.
• No utilizar sustancias de olores fuertes como el alcohol.
• Evitar tocarse la cara, ropa u otros objetos durante la lactancia.
• No utilizar ropa que haya sido usada fuera de casa.
• Limpiar las superficies con las que tenga contacto.
A partir de los seis meses de edad se deben preferir los alimentos con alto contenido de hierro, vitamina A y Zinc, como carnes, huevos, lentejas, fríjol o zanahoria.
«La clave está en añadir de forma paulatina alimentos, variados, frescos y naturales, preparados en el hogar, manteniendo la lactancia materna todo el tiempo que madre e hijo deseen, idealmente hasta los 2 años o más», explicó Cadena.
Detalló que entre los 6 y 8 meses se debe iniciar con alimentos espesos, ofreciendo las tres comidas principales (desayuno, almuerzo y cena) y, según el apetito, adicionar dos refrigerios.
Entre los 8 y 10 meses «se deben introducir alimentos finamente picados y en trozos aumentando la cantidad de los alimentos; y entre los 11 y 12 meses, se deben ofrecer alimentos en la consistencia y variedad de la alimentación de la familia».
Manifestó que es importante estar atentos a las señales que indican que el niño esté satisfecho y que, por ninguna razón los niños menores de un año deben consumir leche de vaca.
Además, no se debe adicionar a los alimentos ni sal, azúcar, ni miel en su preparación.
«Este un proceso de aprendizaje, antes de decir que un niño no le gusta un alimento, hay que ofrecerlo hasta 10 veces en momentos diferentes, pues está conociendo los sabores», finalizó la subdirectora.