Se evidencia la importancia de la familia como factor protector importante en la práctica suicida, de ahí la importancia de activar las redes familiares.
Pese a las condiciones de pandemia por COVID-19 en el país, las muertes por suicidio en Boyacá disminuyeron en el año 2020 considerablemente, registrándose la cifra más baja en los últimos días años. El comportamiento de los casos de suicidio ocurridos en el Departamento, desde el año 2010 hasta el año 2020, suman en total 866 suicidios y el año anterior se notificaron 66 eventos.
El referente de Convivencia Social y Salud Mental, Martin Orlando Barrera Cobos, indicó que es un éxito para el Departamento tener la cifra más baja en los últimos 10 años, en medio de una situación como la pandemia, que por el confinamiento generó bastantes crisis, pero a las que afortunadamente las familias boyacenses han sido resilientes.
“La cuarentena fue una oportunidad de demostrar que efectivamente la familia es un factor protector importante en la práctica suicida, de ahí la importancia de activar las redes familiares, de amigos, sociales y también institucionales, para que ante una situación de crisis las personas puedan acudir a ellos”, indicó Barrera.
Agregó que la mejor manera de poder prevenir el suicidio es garantizando que las personas tengan la oportunidad de hablar, de conversar acerca de todas aquellas cosas que les preocupa, pero también poder detectar que está ocurriendo con ellos y poderlos acercar a un servicio especializado para que se les dé la atención de calidad y con oportunidad.
“Es entendible las situaciones por las que pasan algunas personas que manifiestan dificultades para poder tener todos estos medios a su alcance, entendemos también que debe ser viable para todos el poder usar medios de información como la Línea 106, la cual cuenta con un excelente equipo de profesionales, que atienden las 24 horas al día, los 7 días de la semana, por eso invitamos a que quienes lo requieran la consulten”, señaló el Referente de Salud Mental.
Invitó a la comunidad a poner los proyectos de vida al servicio de su salud mental, cuidándola de manera permanente, no dejándola para cuando las cosas están difíciles, cuando ya la carga de sufrimiento emocional es tan grande que ya no se puede llevar.
“Debemos mejorar como Departamento y como comunidad y aprender que mucho más importante que la emoción y las relaciones, es hablar de todas aquellas cosas que hacen sentir bien y que no hacen sentir tan bien, y aquellas que generan incertidumbre”, expuso Martín Barrera.
Las cifras de suicidio registradas en los 10 últimos años son: 2010: 90 casos; 2011: 78 casos; 2012: 72 casos; 2013: 82 casos; 2014: 71 casos; 2015: 79 años; 2016: 79 casos; 2017: 94 casos; 2018: 75 casos; 2019: 80 casos y 2020: 66 casos.